Relajantes, estimulantes, antidepresivos, equilibradores, analgésicos, antisépticos, afrodisíacos… Son tantas las propiedades terapéuticas de los aceites esenciales que contribuyen a tu bienestar físico y emocional, que no es de extrañar que la aromaterapia cada vez tenga más adeptos.
Desde la Antigüedad y en todos los continentes, las plantas siempre han tenido un papel destacado en el arte de la sanación. Dependiendo de las culturas y las épocas, se han utilizado bajo formas diferentes, de diversos modos y para los usos más variados.
En este sentido, la aromaterapia ha sabido explotar las propiedades de las plantas, como sustancias naturales, con fines médicos o estéticos, para perfumar, conservar alimentos…
Los aceites esenciales pueden utilizarse de varias maneras. Generalmente se aplican por vía externa y requieren de una formación mínima ya que contienen gran cantidad de principios activos muy potentes.
Sus altas concentraciones cien veces superiores a la cantidad de ese mismo principio activo presente en una planta, les confiere una gran eficacia. Sin embargo es primordial su correcto uso puesto que aunque sean naturales no están exentos de posibles efectos indeseados.
Veamos de forma más detallada las propiedades de los aceites esenciales:
- Propiedades medicinales. Son antisépticos, antibacterianos, antiinfecciosos y cicatrizantes, aunque cada uno posea unas cualidades concretas.
En algunos casos, pueden sustituir a los antibióticos y son extremadamente eficaces para combatir las infecciones pulmonares, intestinales, cutáneas o urinarias. Los aceites esenciales pueden tener una doble acción: pueden combatir los gérmenes patógenos sin destruir los tejidos sanos y calmar o modificar «la zona deseada» en la persona tratada.
- En el plano psicológico. En el ámbito emocional y psicológico, está más que demostrada la eficacia de la aromaterapia, por ejemplo, para relajar, reducir tensiones, calmar, tranquilizar el ánimo, liberar el estrés, estimular o aportar tono y vitalidad.
- En el plano de la belleza. Los aceites esenciales se utilizan en cosmética por su eficacia en la lucha contra las arrugas, la piel seca y estropeada, el cabello apagado, las uñas quebradizas…
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